
En Kibeho, Ruanda, el 28 de noviembre de 1981, a las 12:35, la adolescente Alphonsine Mumureke, escuchó por primera vez a la Virgen María. A ese primer mensaje y esa primera vidente seguiría bastantes más, todas pertenecientes a la etnia hutu. La Virgen advertía que si el pueblo ruandés no se convertía, una masacre divina iba a azotar a la Nación, y que fuerzas oscuras internas, en clara referencia a los tutsis, apoyadas por el maligno y los ateos revolucionarios, iban a destruir el país. ¿Profecía o instigación a la guerra?

En Kibeho, Ruanda, el 28 de noviembre de 1981, a las 12:35, la adolescente Alphonsine Mumureke, escuchó por primera vez a la Virgen María. A ese primer mensaje y esa primera vidente seguiría bastantes más, todas pertenecientes a la etnia hutu. La Virgen advertía que si el pueblo ruandés no se convertía, una masacre divina iba a azotar a la Nación, y que fuerzas oscuras internas, en clara referencia a los tutsis, apoyadas por el maligno y los ateos revolucionarios, iban a destruir el país. ¿Profecía o instigación a la guerra?